domingo, 15 de noviembre de 2020

Cartas al anochecer.

Resulta que estuve viendo un poquito de una serie de terror, que trata sobre fantasmas. Le he dado mi propia interpretación desde el mundo de los vivos. Existen personas que estando vivas, parece que no lo estuvieran porque solo vivimos el recuerdo de ellas, no su realidad. Las recordamos como fueron una vez, no como son ahora. Nos quedamos anclados en el pasado, incapaces de abrir los ojos y mirar fijamente, dandonos cuenta que la realidad es otra y que las historias, son historias y pueden tener muchas versiones, además de que la memoria falla y a veces confiar en ella es un dolor de cabeza terrible. Suele pasar que cuando alguien muere tiendes a quererles de vuelta, vivir más aventuras con estas personas es tu única ambición y sientes que pensar en ellas es la única forma de tenerles como compañia. No soy atea, o al menos no como para no creer en la vida despues de la muerte, o en la resurrección del alma. Sí que soy cínica hasta el punto de confiar en la ciencia y tampoco creo que vayan a volver pero la muerte va más allá del físico. El momento de la muerte, el final real se debe más a la inquietud por olvidar de la persona viva, el no sentirse con fuerzas como para seguir recordando y dejarse llevar por el recuerdo. La vida se puede vivir de dos maneras. En el presente o en el pasado. No quisiera decir que cualquiera de ellas pudiera ser la erronea, pero desde luego la más acertada es vivir el presente, puesto que está ocurriendo. Yo me equivoco constantemente, pero siendo consciente de que lo que hay que hacer es olvidar, dejar atras. 
También, es dificil dejar las cosas a medias. Pero sinceramente la muerte se lleva a una persona dejando las cosas sin terminar, unresolved. Y la muerte es el olvido.

Te echo de menos. Pero las pesadillas siguen.

No hay comentarios:

Publicar un comentario